Los sistemas de videovigilancia IP surgieron con posterioridad a las tradicionales instalaciones de Circuito Cerrado de Televisión, en los últimos años los principales fabricantes de dispositivos de videovigilancia han mejorado la calidad y perfeccionado el funcionamiento de este tipo de equipos. A continuación explicamos sus principales características y diferencias frente a los sistemas analógicos.
Un sistema de videovigilancia IP emite las imágenes directamente a la Intranet o a Internet, sin necesidad de conectarse a un ordenador, dado que incorporan su propio procesador especializado en ejecutar aplicaciones de Red con su dirección IP y a través de su software.
Algunos modelos de cámaras IP llevan integrado una ranura para tarjetas MicroSD donde poder almacenar las imágenes. En este caso la capacidad suele estar limitada a 128Gb y solo graban las imágenes en caso de detectar movimiento para economizar espacio. La opción más recomendada para registrar imágenes es incluir un videograbador NVR que permita instalar uno o más discos duros, aumentando la capacidad de registro y protegiendo las grabaciones de posibles robos al poder ser instalado, por ejemplo, en falsos techos. Además, otro de los beneficios de conectar las cámaras IP a un NVR es que el flujo de transmisión de datos se va a gestionar mejor, evitando saturaciones en la Red.